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Mi consejo como joven emprendedor

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Estoy seguro de que, si has dado con este post, es porque te interesa el mundo del emprendimiento o, como mínimo, te genera curiosidad.

Me creo también en condiciones de afirmar que no es lo primero que lees sobre emprendimiento, aunque puede que sí lo sea y que el emprendimiento no te genere el más mínimo interés.

Pero ya he conseguido que llegues hasta el tercer párrafo, es el momento de decirte que en este texto no vas a descubrir “Las 5 claves del emprendimiento”, tampoco vas a leer nada sobre “Sé un emprendedor de éxito”, y ni mucho menos te voy a dar ningún método infalible ni ninguna clave del éxito. Simplemente te voy a contar mi historia, la historia de un emprendedor de 23 años que fracasó. 

Y sí, sé que quizás sea decepcionante para ti que en este texto yo vaya a contarte la historia de un fracaso, aunque como podrás observar he puesto en cursiva este término, porque quiero dejar que seas tú quien decida si fracasé o no.

 

 

Rodéate de tu gente

Aquí vengo con ganas, y por mi experiencia, a romper algunos clichés que seguro que has escuchado. “Emprender con amigos acaba siendo perjudicial”, “en el trabajo no hay familia ni amigos”,etc. Pues opino totalmente lo contrario.

Que sí, entiendo que está claro que hay que saber con qué familiar emprender, o con qué amigo compartir un negocio, pero pienso que, si no eres capaz de elegir bien a tu compañero de viaje, deberías darle una vuelta a lo del emprendimiento.

¡Ojo! no significa que piense que no se puede emprender solo; pero cuando lleguen las curvas (que llegarán), yo prefiero que mi copiloto sea alguien de mi confianza, y por supuesto, si ese copiloto tiene experiencia y conocimientos… a ver quién me mejora eso.

 

Arriésgate

Hazlo con cautela, pero arriésgate. Arriésgate a darle vida a esa idea que te ha surgido y que crees que puede triunfar, arriésgate a elegir a esos compañeros (si es que los necesitas) de viaje, arriésgate a hacer esa llamada pidiendo algún favor, arriésgate a dejar de lado algunas cosas para darle forma a tu proyecto, y sobre todo, arriésgate a salir de tu zona de confort, porque eso sí te puedo asegurar, sin ser ningún erudito, que va a pasar. Vas a tener que salir de tu zona de confort y no es sencillo.

Hazlo con cautela, te decía al principio del párrafo. Y es que arriesgarse por arriesgarse dudo que traiga nada bueno ¿O te arriesgarías a saltar en paracaídas sin un paracaídas? Analiza bien tu idea, qué recursos vas a poner en riesgo, en que mercado vas a entrar, etc.

 

Genera valor

Aquí llega el momento literario, lo que seguro que encuentras en cualquier manual del emprendimiento. Si tu idea no genera valor para el cliente, tienes que darle un giro a tu idea.

En ocasiones, es difícil encontrar una necesidad, pero sí puedes generarla. Yo creía que con mi idea sería capaz de generar una necesidad que las personas no saben que tienen, y lo sigo creyendo.

 

Permítete fallar

Puede parecer obvio que hay que permitirse fallar, pero para mi no lo era. Confundí la exigencia con “el castigo”. Si fallaba a la hora de negociar con un potencial cliente o malinterpretando una regulación, se me caía el mundo encima. Pensaba que sería algo que no podría solucionar y que jamás tendría clientes.

No es lo mismo equivocarse en la tilde de un correo que en la elección de un proveedor, por eso antes de tomar cualquier decisión deberás dedicarle más o menos tiempo a repasarla y decidirte en función de su importancia, pero siempre sabiendo que si fallas habrás aprendido y, que ese error o algún otro similar, no se repetirá más.

 

Puede parecer una obviedad, pero fallar está permitido. No confundas exigirte con castigarte.

 

Y hasta aquí mi pequeña aportación que espero que te sirva, al menos, para haber pasado un rato de desconexión. Recuerda las 4 ideas importantes para mí:

  • Elegir bien a tu(s) acompañante(s)
  • Arriesgarse sin miedo a lo que pudiera pasar, pero siempre con cautela.
  • Generar valor para la sociedad a través de tu idea.
  • Entender que te equivocarás sin que ello signifique el fin del mundo.

 

Para concluir, un regalo. No te cierres puertas. Yo pensaba que con mi idea triunfaría una vez acabase la carrera y que sería el trabajo que me diera de comer, ¡y mírame!, escribiendo en el blog de Silbo Money, un tren del emprendimiento con ganas de revolucionar el mundo de los pagos que yo no podía dejar escapar.

Y recuerda, en Silbo Money estamos sorteando 1.000 € por apuntarte a nuestra lista de espera, con la que también tendrás acceso en exclusiva a Silbo. 

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José Pedregal LinkedIn

Analista de Operaciones

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